La pasión por cada deporte, habitualmente, o al menos en muchos casos, suele transmitirse de generación en generación. Son numerosos los ejemplos de familias enteras que practican la misma disciplina; y el rugby aparece dentro de ese espectro, con mucha fuerza. Y muchas veces, esa pasión permite vivir experiencias increíbles. Tal es el caso de los Svaluto.
Renzo y Luca son padre e hijo, que comparten el amor por el rugby. Renzo fue jugador de Los Tarcos, y luego le transmitió la pasión a su hijo, que vistió los colores del club desde los siete hasta los 18 años, cuando tuvo que dejar por haber empezado la facultad. Pese a no estar ligados actualmente, de manera activa, a la disciplina, ambos siguen ligados al rugby; de hecho, el hermano menor de Luca juega en la categoría M19 de los “rojos”.
Padre e hijo se encuentran actualmente en Francia, por el Mundial. Fueron parte de la marea albiceleste que copó las tribunas del Stade Geoffroy-Guichard, para presenciar el triunfo de Los Pumas sobre Samoa. Y es una experiencia inolvidable asegura Luca.
“Para mi papá es su tercer mundial. Tiene un grupo de amigos, todos de Tarcos, con los que intenta viajar siempre que sea posible a Europa, porque tienen amigos que los alojan. Así fue con Francia 2007 e Inglaterra 2015”, señaló Luca, en diálogo con LA GACETA.
En esta ocasión, el joven de 20 años, estudiante de ingeniería mecánica en la UTN, se sumó al grupo. “Siempre estaba la joda de 'la próxima me tenes que llevar', 'al que viene voy yo también'. Este año vi que empezó a organizar, le empecé a insistir un poquito, lo ayudé a organizar, y acá estamos”, relató Luca.
Son aproximadamente 10 personas las que integran el grupo; la mayoría, la camada de Los Tarcos a la que perteneció Renzo, papá de Luca. Pero la diferencia de edad no fue un problema, asegura el estudiante universitario. “Es un grupo muy divertido, supe adaptarme y nos llevamos muy bien. Estamos haciendo bromas todo el tiempo”.
Días inolvidables
Para Luca, la posibilidad de ver un Mundial “es algo que siempre anhelé, que siempre esperé”. Y además, el plus de poder hacerlo con su papá significa mucho, subraya: “es algo soñado, algo que no me voy a olvidar nunca en mi vida; ya estamos teniendo anécdotas que las vamos a llevar para siempre”, reconoce.
“La estoy pasando excelente. No tuvimos ningún contratiempo, ningún problema”, manifiesta Luca, que, además, tiene una revancha personal: había viajado antes a Europa, justo en la época en que comenzaba la pandemia, y no pudo prácticamente recorrer el continente.
“Estamos conociendo lugares increíbles, y nos queda por conocer todavía; hicimos un poquito de España, ahora Francia, y tenemos que ir a Italia también. La estamos pasando excelente, estoy muy contento de poder estar acá”, concluye Luca.
Los Svaluto todavía no pegan la vuelta: estarán en el próximo partido de Los Pumas, el próximo sábado en Lille, ante Chile; y también presenciarán el cruce entre Namibia y Uruguay, el miércoles, en Lyon.